
Noche sabor a ciruela
en nicho de otoño
sois de una dulcedumbre blanca
que canta la hora de la partida
dispuesta
nevando azucar
vertéis los sólidos reflejos del hastío
a las azuladas palomas
bajaré a tus brazos a recostarme
como ángel de cuna con lágrimas secas
para paular fatigas
para florecer a sombras
en los pies del trigo
por tu boca huraña
dormida en mis manos
Sábeme entonces en tu adentro
pacto trágico
sábeme
cederé con gusto
bajaré a pelearle de frente
los peces
a la cara
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