viernes, 13 de junio de 2008

Vuelos nocturnos


Señor
Por qué no puedo zumbar
Con las yemas de los dedos?

Por qué sigo rehusando sus ojos
Y si los miro
Mirlos negros besan mi lengua
Ralentizándola
Hipnotizados

Señor
Creerá usted que reitero
Tal vez
Aquel absurdo

Porque dimos voz al olvido
Para acunarnos en un rincón hueco
Y aún así
Me estremezco al sentir su aliento
Tan cerca de mi niñez

Señor
Téngame libre
Allá en su pecho
Como si el perdón sirviese de nido
A los que vuelan

Señor
Téngame lejos
Allá en su ausencia
Téngame a veces
No por más tiempo
Si es que es verdad
Que no quiere tenerme

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