
No quiero ser tuya
y quedarme serena en tu regazo
mientras descalzas tu rutina
endormeciendote de trabajo.
No quiero hacerte el amor
ni confesar de memoria que te quiero
para traer nombres y apellidos
mutilados de conformismo.
No quiero dormir.
Quiero quedarme de ojos danzando
a campo y cielo abiertos
a la desconocida sal que yace
tras los que cantan.
Quiero desvelarme de tí
estirpar el asfalto
que tu sonrisa exige.
Quiero desteñirme de ser
hacia el sólo profugo
que nada
a las afueras de un sombrero.